Lloré, y no solo eso, me escuchaste llorar,
lejos, aquí mismo;
y ese fue un buen momento.
No llueve, y es de día. Extrañas condiciones para el optimismo.
Ha muerto Leopoldo María Panero y abro un libro que aún no he leído.
«Tengo frío de mí mismo».
Leopoldo Panero
(que fue mi padre)
Un rato más tarde, con su voz reproducida al fondo, Después de tantos años, abrí tu caja frente a la ventana. Solo una vez.
Me lavé las manos en un charco, por la noche, solo en un bosque, y cerré los ojos. Recordé algo escrito
la niebla
densa entre los árboles
del bosque
teje
Cerrarla fue como doblar una manta de lana después de haber pasado frío.
Denso;
no he aprendido lenguaje aún que pueda contar este frío.
Fotografía de Pablo López / Diálogo en la montaña.
Texto de Pablo Trenor